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Congreso de líderes religiosos del mundo en Astaná promete ‘Unidad en la diversidad’

Por Ramesh Jaura

ASTANÁ (IDN) – En un momento crítico, cuando la tolerancia religiosa está siendo relegada al olvido, una conferencia internacional ha hecho un llamamiento “a todas las personas de fe y de buena voluntad” para unirse, y para “garantizar la paz y armonía en nuestro planeta”.

El llamado surgió del Congreso de los líderes del mundo y de las religiones tradicionales, de dos días en la ciudad kazaja de Astaná, fundado de acuerdo al principio de “unidad en la diversidad”. El Congreso concluyó con un ‘concierto por la paz’ en el cual participó un coro de 500 cantantes de los cinco continentes del mundo.

Un coro de niños, compuesto por pequeños cantantes, arrancó el concierto con canciones de Sergey Rakhmaninov, Nursultan Nazarbayev, Altynbek Korazbayev y muchos otros. El concierto reunió a cantantes corales de la India, Indonesia, Georgia, Hungría, Israel, Italia, la República de Corea, China, Bulgaria y Australia. Fue organizado por el Ministerio de cultura y deporte de la República de Kazajstán.

La conferencia contó con la asistencia de 82 delegaciones de 46 países que representan a todo el mundo y a las religiones tradicionales, así como de líderes políticos y representantes de organizaciones internacionales, incluida la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas (UNAOC), la OSCE, la UNESCO y la Liga de Estados árabes, entre otras.

Este fue el sexto Congreso desde 2003 cuando el presidente kazajo, Nursultan Nazarbayev, inició la primera reunión tal en la República de Asia Central, una sociedad multicultural conformada por 18 millones de personas, que representan a más de 100 grupos étnicos, 18 denominaciones religiosas y 3.715 asociaciones religiosas.

El Congreso ayudó a iniciar un diálogo global entre religiones y civilizaciones y jugó un papel importante para promover el mutuo entendimiento y respeto entre las sociedades y los países. Su valiosa contribución a promover el diálogo y el entendimiento fue reconocida en 2004 por la Resolución de las Naciones Unidas A/RES/59/23.

Actuando de acuerdo con una recomendación del Congreso, la 62ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró al 2010 como Año Internacional del acercamiento entre las culturas.

En los tres años que han trascurrido desde el último Congreso, Astaná ha sido anfitriona de varios eventos globales importantes cuyas decisiones, como dijo el presidente Nazarbayev en su discurso inaugural ante el Congreso el 10 de octubre, “tuvieron una resonancia internacional, ya que fueron inculcadas con la idea de la preservación de la paz, tolerancia, colaboración y creación”.

Esto es especialmente importante puesto que el mundo ha entrado en un estado turbulento. “Todos nosotros, incluyendo los políticos y los líderes religiosos, no podemos sino preocuparnos por el uso de sanciones, conflictos inter e intra religiosos, guerras comerciales, contaminación ambiental”, señaló el presidente de Kazajstán.

La declaración del Congreso el 11 de octubre destaca “la importancia de la cooperación entre los líderes del mundo y de las religiones tradicionales con instituciones estatales y públicas que buscan promover la convivencia pacífica entre los pueblos y estados a través del diálogo y la propaganda de valores humanos positivos”.

La declaración señala que “el papel especial de los gobiernos, así como de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, nacionales e internacionales, y de los medios de comunicación para promover los ideales de paz y entendimiento mutuo entre Estados, sociedades y pueblos”.

La declaración condena en los términos más enérgicos posibles la continuación de los abusos graves, sistemáticos y masivos a los derechos humanos, y las violaciones del derecho internacional humanitario “por organizaciones terroristas internacionales, así como el apoyo o patrocinio del terrorismo que socavan la confianza mutua y la cooperación entre seguidores de diferentes religiones y entre los seguidores de la misma fe”.

La declaración rechaza todas las formas de manipulación de la religión en los conflictos políticos, las expresiones de egoísmo e intolerancia, nacionalismo agresivo y pretensiones de exclusividad. Considera el problema de los combatientes terroristas extranjeros que regresan a casa o se van a otra parte “un nuevo reto global para todos los estados en la lucha contra el terrorismo internacional y el extremismo religioso”.

Comentando la declaración, Dmitry Safonov, el Secretario Ejecutivo del Consejo Interreligioso de Rusia dijo: “La religión desempeñará el papel de la consolidación de la paz”.

“No debemos confundir al islam con terrorismo. Es el error de muchos medios de comunicación. El islam es la religión de la paz y tolerancia. No promueve el extremismo. La seguridad es un derecho humano. Esto es lo que cree el islam”, dijo el muftí de Tayikistán, Saidmukarram Abduqodirzoda.

Recordando los congresos desde el año 2003, en 2006, 2009, 2012 y 2015, el viceministro de relaciones exteriores kazajo, Yerzhan Ashikbayev, dijo: “Este es un proceso gradual. Los primeros congresos estaban en desacuerdo sobre muchos asuntos. Ahora tienen más comprensión. Es un gran éxito que ahora hablen de paz y cooperación. Antes era difícil incluso imaginar cómo todos podrían sentarse juntos. Ahora es fácil”.

Ashikbayev y otros funcionarios de Kazajstán también destacaron la importancia de tomar acciones concretas. Uno de los primeros pasos hacia adelante podría ser la apertura de un centro para el desarrollo del diálogo entre confesiones y entre civilizaciones, el cual que servirá como centro para la reconciliación y la construcción de la paz. El centro fue propuesto por el presidente Nazarbayev en su discurso inaugural al Congreso.

Otra medida clave que mencionó el viceministro de relaciones exteriores Ashikbayev es la necesidad de educar a la juventud, lo cual también se incluye en la declaración. Especifica que la educación debe ser sobre las religiones, la tolerancia y el respeto por los valores familiares.

La declaración insta a los gobiernos a “revitalizar el trabajo con los jóvenes para evitar su radicalización”.

También destaca la necesidad de promover, de cualquier manera posible, la participación de los líderes del mundo y de las religiones tradicionales para hacer mayores esfuerzos para lograr la estabilidad a largo plazo y prevenir incidentes violentos provocados por el odio y la intolerancia.

La declaración además llama al fortalecimiento de la cooperación de los líderes religiosos con las instituciones internacionales, los gobiernos y las instituciones públicas, lo cual es un mensaje clave para la exitosa implementación de recomendaciones vitales y programas dirigidos a seguridad integral en el mundo.

Además, subraya la necesidad de prestar toda la asistencia posible a todas las sociedades y los pueblos, independientemente de su raza, religión, creencias, idioma y género, para garantizar un derecho inalienable a una vida pacífica y a respetar la igualdad de derechos y libertades de todos los ciudadanos, independientemente de su raza, idioma; antecedentes religiosos, nacionales, étnicos o sociales, propiedad, nacimiento u otra condición, y actuar los unos hacia los otros en un espíritu de hermandad.

El VII Congreso de los líderes de las religiones mundiales y tradicionales se convocará en el 2021, nuevamente en Astaná. [IDN-InDepthNews – 14 de octubre de 2018]

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