En los últimos años el Ambystoma mexicanum ha cobrado popularidad entre los habitantes de la Ciudad de México, a tal grado que, se ha convertido en un símbolo de la región y ha jugado un papel clave para la conservación de ecosistemas del sur de la capital mexicana.
【Mexico city INPS Japan=Guillermo Ayala Alanis】
Un anfibio originario de la Cuenca de México, que mide 30 centímetros de largo y tiene un aspecto amigable porque al mirarlo parece estar sonriendo, se ha convertido en un importante conector para la preservación del ecosistema de Xochimilco, una zona lacustre ubicada al sur de la ciudad de México y de alto valor ecológico, histórico y cultural que data desde la época prehispánica.
En años recientes, el ajolote mexicano (Ambystoma mexicanum) se ha convertido en un símbolo de la Ciudad de México que se puede observar en todos lados. Está plasmado en murales como componente del arte urbano, en dinero que se usa por todo el país; así como en universidades y centros de investigación que han aprovechado al ajolote y su carismático aspecto para estudiarlo en aspectos biológicos y sociales. El Doctor, José Antonio Ocampo Cervantes, Jefe del Proyecto de Investigaciones Biológicas y Acuícolas de Cuemanco de la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco (UAM-X) aseguró que el ajolote mexicano es un animal que se ha convertido en un eslabón de gran importancia para la preservación del área natural de Xochimilco, hogar de varias especies animales y vegetales y un importante pulmón de la capital mexicana. “Podemos utilizarlo como un símbolo de conservación, aprovechar esa característica, esa empatía que tiene la gente hacia el ajolote y decir bueno… si nos gusta, hay que conservar la especie, pero también hay que conservar todo el ecosistema del cual depende esta especie. Yo creo de ahí radica la importancia… Es una especie que es como un intermedio de flujo de energía entre el sistema acuático y el sistema terrestre”.
Ajolotes en murales de la CDMX. Crédito de foto: Guillermo Ayala Alanis.
Desde 2017, el Dr. Ocampo dirige el Centro de Investigaciones Biológicas y Acuícolas de Cuemanco perteneciente a la UAM-X, un espacio ubicado en el corazón del área natural protegida de Xochimilco y cuya función además de investigar y contribuir a la enseñanza de alumnos de esta universidad, es preservar y promover entre la sociedad la conservación de esta zona emblemática y de alto valor ecológico para la Ciudad de México, ya que además del ajolote, es hogar de aves, roedores y peces.
En entrevista para INPS News, el Dr. Ocampo comentó que como parte de estas actividades de promoción y vinculación de los ciudadanos con la naturaleza, el CIBAC organiza visitas guiadas a escuelas y grupos vulnerables de todas las edades, los cuales dice quedan maravillados con los ajolotes y su habitad: “Tenemos visitas desde maternal hasta postgrado, grupos vulnerables como chicos en situación de calle. Cualquier edad, cualquier nivel de estudios viene y conoce lo que se hace aquí… A la gente le gusta mucho porque cuando llegan, lo primero que dicen es no imaginarse que hubiera un lugar así, no parece que estamos en medio de la ciudad, no se oye ruido y se escuchan los pájaros”.
Un estudio de la UAM informó que en 1998, en el lago de Xochimilco existían 6, 000 ajolotes por kilómetro cuadrado, en 2014, un estudio del Instituto de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) informó que ya solo había 35 anfibios por kilómetro cuadrado a la contaminación de su habitad, la invasión de especies en su ecosistema y la reducción del espacio donde vive, por lo que es importante la preservación en cautiverio de los ejemplares originales, ya que cada vez hay menos ejemplares en vida silvestre.
Aunque en cautiverio el ajolote mexicano se ha podido reproducir en colores claros como el rosa o blanco, en el CIBAC se investiga y conserva al fenotipo del ajolote mexicano original, que es de color negro, tiene branquias en la parte posterior de su cabeza y permanece siempre en edad joven debido a que no muta para ser una salamandra, por lo que bien se le podría denominar el Peter Pan de la naturaleza.
Cabe recordar que el ajolote mexicano es una especie que también es muy estudiada por universidades y científicos en todo el mundo gracias a su capacidad de regenerar partes de su cuerpo como extremidades, cerebro, columna vertebral y corazón. Aunque existen otros organismos que pueden regenerarse parcialmente, esta especie presenta características diferentes, ya que puede renovar órganos equivalentes a los originales, independientemente de su edad.
En 2018, la revista Nature publicó el artículo “The axolotl genoma and the evolution of key tissue formation regulators” en el que se se descubrió que el ajolote mexicano tiene 32 millones de pares de bases de ADN, cantidad 10 veces más larga que el genoma humano y el segundo genoma más largo a nivel mundial, solamente detrás de un helecho conocido como Tmesipteris oblanceolate.
En el CIBAC, además del estudio del ajolote, existen también investigaciones referentes al cultivo de plantas y vegetales como tomates y pepinos, libres de pesticidas y productos industrializados.
Además, hay investigaciones con el cuidado y la preservación de especies originarias de la cuenca de México. Entre ellas algunas aves y mariposas como la Monarca y Leptophobia aripa que se estudian, cuidan y vigilan dentro de un mariposario.
La vinculación del ajolote con su comunidad en Xochimilco, puede observarse también a pocos metros de CIBAC, en la zona turística donde se encuentran las trajineras, un tipo de bote emblemático de la zona que sirve como atractivo para visitantes de todo el mundo por lo colorido de los botes. En esta área, los pobladores han comprendido que el ajolote es un habitante más de Xochimilco que les ayuda a tener presencia a nivel internacional y el cual han integrado para sus actividades con los visitantes al también tenerlo presente en pinturas y en las mismas trajineras.
En 2018, La Cámara de Senadores de México declaró el 1 de febrero como el Día Nacional del Ajolote Mexicano con el objetivo de destacar la importancia de este enigmático anfibio en los ecosistemas y en la identidad cultural nacional.
INPS Japan
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